LA GRACIA DE DIOS

En nuestra Església de l'Escala, tenemos a Mansa, una fiel creyente que le gusta escribir y transmitir lo que Dios ha hecho y hace en su vida. No es una erudita de la literatura ni de la escritura --dice ella--, pero es la viva imagen de la fe y el amor en su relación con Cristo. En sus escritos se dibuja la sencillez y el poco palabrerío cuando define sus experiencias y por eso escribe, para dar a conocer esa fuerza que se consigue viviendo al lado de su Salvador. 

Autor: MANSA - Miembro de la EEBEscala

La Gracia es el auxilio divino que necesitamos en momentos de prueba, de flaqueza o de apuro. La Gracia es cuando Dios me viene a buscar una y otra vez en medio del problema. El apóstol Pedro es un ejemplo de la Gracia de Dios.

En primer lugar vemos que el Señor fue a buscar a Pedro en la playa para hacerle pescador de hombres (Lucas 5:1-11). Pedro era pescador y el Señor lo fue a buscar para hacerlo pescador de hombres. Otra vez vemos la Gracia de Dios sobre Pedro en la playa, aún cuando él ya lo había traicionado negándole tres veces. En la playa el Señor quiso restaurar la relación con Simón Pedro, lo podemos ver en Juan 21:15-19. Vemos en la Biblia la descripción de la gracia de Dios en Hebreos 4:15-16.

El Dr. Evans, compara la gracia de Dios a una ambulancia que va a tu encuentro para darle atención médica en caso de emergencia. Primero, administra Gracia inmediata a los síntomas más graves. Después te coloca en la ambulancia, equipada con más gracia (más servicios médicos para tratar tu problema). Luego, la ambulancia se apresura al hospital, donde te espera todavía más Gracia, y una vez que te ingresan en el hospital, sigue administrándote Gracia hasta que tu necesidad haya sido tratada y puedas volver a casa. Tal como lo expresó John Newton, en su amado himno "Su Gracia siempre me libró y me guiará hasta mi hogar Celestial".

Un día Jesús oyó una llamada de emergencia: "Señor, ten piedad de este pecasdor". Vino a la tierra, nos encontró agonizando en pecado y llegó hasta nosotros para salvarnos, además, como un Sumo sacerdote, nos trasladó de donde estábamos a otro lugar que tiene toda la Gracia que necesitamos de por vida hasta que vayamos con Él a nuestro hogar.

Un día Dios se sentará en su trono de justicia, donde no habrá más Gracia, pero hasta entonces, está sentado en un trono de Gracia, a fin de que cuando caigas o flaquees, puedas acercarte "confiadamente al trono de la Gracia" y recibir la misericordia y el perdón de Dios.

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